(Vito*)

Soy Vito. De raíz riojana y treinta y pico de años.
Viví también en Córdoba, Mar del Plata, Buenos Aires. Viajé por Nueva Zelanda, Cuba, Italia, Bolivia y otra veintena de países más.

Pediatra de vocación y formación, y en los ratos que me hago entre el trabajo “serio” trato de aprender algo nuevo (tejer, cocinar, fotografiar, hablar otros idiomas, lo que sea).

Amante del yoga (a.k.a. «profesora»), curiosa ayurvédica.

Estudio y trabajo con la salud y la enfermedad, pero a mí lo único que me curó fue viajar.

Una vez sentí que era hora de poner los pies en la tierra… y lo tomé demasiado literal, quizás.

Este blog tiene varios años pero ningún fin en concreto, por momentos es útil para el que lo lee, y siempre una gran ayuda para mi al escribirlo.

Hay cosas que no cambian: el despertador es mi máxima tortura, la pinza de depilar mi único atisbo de coquetería, si tuviera pileta en mi casa la usaría mucho (si tuviera una casa también!).

Hay cosas que sí cambian: tengo canas que no confieso más, y tomo mate… a veces. Las únicas cosas que puedo llegar a rechazar son:  la chicha de yuca amazónica, las mermeladas de lima o naranja que tanto le gustan a mi madre, o la piña (ananá) cocida en comidas saladas, pero me pueden invitar a comer cualquier otra cosa. No tengo muchos souvenires de mis viajes pero de a poco voy armando una biblioteca de libros con recetas típicas de distintos lugares.

Comparto mi vida, mis viajes y mis sueños con Mariano.

Me gusta viajar, leer y escribir… y todo lo hago en general lento.

 

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